viernes, 31 de octubre de 2008

"Lluvia"

Entonces comprendimos que la lluvia también era hermosa.
Unas veces cae mansamente y uno piensa en los cementerios
abandonados. Otras veces cae con furia, y uno piensa en los
maremotos que se han tragado tantas espléndidas islas de extraños
nombres.
De cualquier manera la lluvia es saludable y triste.
De cualquier manera sus tambores acunan nuestras noches y la
lectura tranquila corre a su lado por los canales del sueño.
Tú venías hacia mí y los otros seres pasaban:
No habían despertado todavía al amor.
No sabían nada de nosotros.
De nuestro secreto.
Ignoraban la intimidad de nuestros abrazos voluptuosos, la ternura
de nuestra fatiga.
Acaso los rostros amigos, las fotografías, los paisajes que hemos
visto juntos, tantos gestos que hemos entrevisto o sospechado, los
ademanes y las palabras de ellos, todo, todo ha desaparecido y
estamos solos bajo la lluvia, solos en nuestro compartido, en nuestro
apretado destino, en nuestra posible muerte única, en nuestra posible
resurrección.
Te quiero con toda la ternura de la lluvia.
Te quiero con toda la furia de la lluvia.
Te quiero con todos los violines de la lluvia.
Aún tenemos fuerzas para subir la callejuela empinada. Recién
estamos descubriendo los puentes y las casas, las ventanas y las
luces, los barcos y los horizontes.
Tú estás arriba, suntuosa y bíblica, pero tan humana, increíble, pero,
tan real, numerosa, pero tan mía.
Yo te veo hasta en la sombra imprecisa del sueño.
Oh, visitante.
Ya es seguro que ningún desvío nos separará.
Iguales luces señaleras nos atraen hacia la compartida vida, hacia el
destino único.
Ambos nos ayudaremos para subir la callejuela empinada.
Ni en nuestra carne ni en nuestro espíritu nunca pasaremos la línea
del otoño.
Porque la intensidad de nuestro amor es tan grande, tan poderosa,
que no nos daremos cuenta cuando todo haya muerto, cuando tú y yo
seamos sombras, y todavía estemos pegados, juntos, subiendo
siempre la callejuela sin fin de una pasión irremediable.
Oh, visitante.
Estoy lleno de tu vida y de tu muerte.
Estoy tocado de tu destino(...)
Sin embargo yo quería hablar de la lluvia, igual, pero distinta, ya al
caer sobre los jardines, ya al deslizarse por los muros, ya al reflejar
sobre el asfalto las súbitas, las fugitivas luces rojas de los
automóviles, ya al inundar los barrios de nuestra solidaridad y de
nuestra esperanza, los humildes barrios de los trabajadores.
La lluvia es bella y triste y acaso nuestro amor sea bello y triste y
acaso esa tristeza sea una manera sutil de la alegría.(...) recóndita alegría.
Estoy tocado de tu destino.

jueves, 30 de octubre de 2008

"La chanson des vieux amants"

Por supuesto tuvimos tormentas
Veinte años de amor es el amor loco.
Mil veces tomaste tu equipaje
Mil veces levanté el vuelo
Y cada mueble se acuerda
En esta habitación sin cuna
De cada estallidos de viejas tempestades.
Ya nada se parecía a nada
Tu habías perdido el gusto del agua
Y yo el de la conquista.


Pero mi amor
Mi dulce, tierno, mi maravilloso amor
desde alba clara hasta el final del día
sabes te amo,que te amo todavia.


Yo sé todos tus sortilegios
sabes todos mis hechizos
me conservaste de trampa en trampa
Yo te perdi de tiempo en tiempo
Por supuesto tuviste algunos amantes
Era necesario pasar el tiempo
Es preciso que el cuerpo exulte
Y finalmente
Fue necesario bastante talento
Para envejecer sin ser adultos.


Pero mi amor
Mi dulce, tierno, mi maravilloso amor
desde alba clara hasta el final del día
sabes te amo,que te amo todavia.



Y más el tiempo nos corteja
Tanto más nos atormenta
Pero no hay trampa peor para los amantes
Que vivir totalmente en paz
Seguro lloras menos temprano
Yo me desgarro un poco más tarde
Protegemos menos nuestros misterios
Dejamos que el azar actue menos
Desconfiamos del curso del rio
Pero es siempre la tierna guerra.


Pero mi amor
Mi dulce, tierno, mi maravilloso amor
desde alba clara hasta el final del día
sabes te amo,que te amo todavia.

jueves, 23 de octubre de 2008

"Funeral Blues"

Detengan los relojes,
desconecten el teléfono,
denle un hueso al perro
para que no ladre.
Callen los pianos y con ese
tamborileo sordo
saquen el féretro…
Acérquense los dolientes
que los aviones
sobrevuelen quejumbrosos
y escriban en el cielo
el mensaje…
él ha muerto.
Pongan moños negros
en los níveos cuellos de las palomas,
que los policías usen guantes
de algodón negro.
Él era mi norte, mi sur,
mi este y oeste,
mi semana de trabajo y mi
domingo de descanso
mi mediodía, mi medianoche
mi conversación, mi canción.
Creí que el amor perduraría
por siempre.
Estaba equivocado.
No precisamos estrellas ahora…
Apáguenlas todas
Envuelvan la luna
desarmen el sol
Desagüen el océano y
talen el bosque,
porque de ahora en adelante
ya nada servirá.

jueves, 9 de octubre de 2008

"Rayuela"

“(...)Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio.
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua(...)”