Supongo que también te dejarán a ti este mismo vacío, esta impaciencia por estar sin nadie mientras se nos olvida todo el calor que duele de olvidado.
El naufragio es un don afín al hombre. Después de que sucede, suelen tener las huellas esa incomodidad que tienen las mentiras, el recuerdo es un dogma,
la soledad el pecho que tú me acariciaste.
Pero cambiando de conversación, el tiempo -buen amigo que deforma el pasado como el amor a un cuerpo- hará que cada día no parezca un disparo, que volvamos a vernos una tarde cualquiera, en un rincón del año y sin sentir demasiada impotencia. Será seguramente como volver a estar , como vivir de nuevo en una edad difícil o emborracharnos juntos para pasar a solas la resaca.
Igual que quemaduras debajo de los dedos, en un segundo plano seguiremos presentes y esperando ese momento exacto del náufrago en la orilla, cuando al salir del mar me escribas en la arena: «Sé que el amor existe, pero no sé dónde lo aprendí».
(...)"El tiempo -buen amigo que deforma el pasado como el amor a un cuerpo- hará que cada día no parezca un disparo"(...)
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